miércoles, 25 de abril de 2012

La intervención en Les Corts que ha molestado tanto al PP

Sobre el Proyecto de Ley sobre la ética pública que regula el régimen de obsequios i el registro de obsequios y atenciones protocolarias a las autoridades, funcionarios y empleados públicos valencianos (Compromís).
Qué duda cabe que Esquerra Unida va a votar a favor de esta proposición de ley, porque el País Valencià es la comunidad más deficiente en cuanto a transparencia en los datos más sensibles a la hora de poner obstáculos a la corrupción. Es necesario elevar la “cultura informativa” de los organismos públicos y hacer accesible a la ciudadanía la información relativa en cuestiones de transparencia que han sido reclamadas socialmente y que han sido motivo de preocupación en las calles. Porque la Generalitat Valenciana necesita transparencia en lo que respecta a su economía financiera, los procedimientos de contratación de servicios y operaciones con proveedores y contratistas.


Y la verdad que tengo que reconocer que es muy lamentable tener este debate en Les Corts, primero porque demuestra que la ética pública no está garantizada legalmente en el País Valencià; y segundo, porque, tristemente, es predicar en el desierto de la mayoría absoluta de un partido que continuamente nos viene acostumbrando a la opacidad, los escándalos y las negativas a todo lo que huela a transparencia y depuración de responsabilidades políticas. Porque cómo hacer comprender lo que significa la ética pública a aquel que piensa que ser representante ciudadano es estar un peldaño por encima del resto de sus conciudadanos, convirtiéndolos así en súbditos. Cómo hacer comprender lo que significa ética pública a aquel que piensa que existe la “clase política” y no se considera un asalariado, un trabajador o trabajadora, al servicio de la ciudadanía, sino un privilegiado con un status muy diferente al del resto del pueblo, que incluso lleva a equívocos en los que se confunde el término aforado con el de impune.

Desgraciadamente, en el País Valencià, se ha vuelto revolucionario defender lo que es de sentido común… porque es detestable que tengamos que escribir una ley para que sus señorías, autoridades y funcionarios públicos sean conscientes de que está mal recibir obsequios de quién espera algo de la administración en la que trabajan, que está mal tanto recibir un coche –por pequeño que sea- como un bolso. Es detestable que se tenga que explicar por escrito que en el funcionamiento correcto de la administración pública sólo ha de primar el interés general. Porque este proyecto de Ley no sólo sirve para dar transparencia, también tiene un carácter ejemplarizante y yo diría que incluso permitirá acabar con posibles momentos tensos entre amigos de toda la vida, porque así nadie quedará mal no aceptando un regalo porque se puede justificar diciendo que hay una ley que lo prohíbe.

Además, existe otra medida muy importante y es aquella que prohíbe el legislar pensando en el futuro, en el futuro individual, me refiero. Así que para alejar de esa pecaminosa tentación a sus señorías, funcionarios, etc… no se podrán aceptar lugares de trabajo en empresas del sector en el que estos hayan prestado algún servicio o hayan sido contratistas de la administración. Porque la no prohibición de estas posibilidades puede nublar el juicio a la hora de trabajar y es mejor no arriesgarse.

Pero como decía al principio esto sigue siendo predicar en el desierto y no tenemos más que repasar todas las comisiones de investigación que han sido denegadas en esta legislatura o el registro del uso de los coches oficiales que demandamos desde Esquerra Unida, lujo que por cierto nosotros no usamos y creo que, por tanto, teníamos derecho a saber de qué modo usaban sus señorías los suyos, pero no sólo nosotros, sino los ciudadanos y ciudadanas que quisieran saberlo ya que es de sus impuestos de donde se detrae el pago de esos privilegios.

La aprobación de este proyecto de ley sería una verdadera muestra de confianza y transparencia de este nuevo gobierno, porque si no se aprueba por unanimidad querrá decir que una parte de este hemiciclo tiene todavía muchas cosas que esconder.